Por Juan Tomás Valenzuela
Comentó Abel, entre líneas,
que al torneo electoral,
quien los va a representar
no debe comer gramineas.
Que la relación sanguínea
ni el contubernio expedito,
deben ser los requisitos
que promueva a un candidato,
como al rufián pelagato
que impuso el mudo maldito.
Si en el dos mil veinticuatro
vuelven a dejar que el ñús
sea quien escoja al ”ventú”
como elenco de teatro,
nos van a poner en cuatro
igual que en el dos mil veinte.
Hay que ser inteligente
como no lo fuimos antes,
pá que no cojan alante,
Luis, Fulcar y toa su gente.
“Si dejamos que el ungido,
(dijo Abel en su relato)
vuelva y caiga en desacato
en contra e’ nuestro Partido,
vamos a quedar mordidos
como el último proceso.
Y si no caemos presos
por ustedes saben qué,
como quiera el Comité
no podrá salvarse de eso”.
Abel, fue muy consistente
en su última exponencia,
diciendo que a presidencia
no puede ir cualquier gente.
“Quien vaya a ser presidente,
pá no volver al pasado,
a más de un hombre de Estado,
debe ser elegantón,
y si fuese mari…
eso podría ser obviado.
Juan de los Palotes
25 junio 2021